DEL “HOMBRE DE LAS CAVERNAS” A LAS “CAVERNAS DE LOS HOMBRES”

EL "MANAGEMENT EVOLUTIVO" : De los comienzos de la humanidad al mundo Wall Street se han producido una serie de cambios de enorme trascendencia en nuestra cultura, en sus tecnologías, usos y costumbres y por supuesto en la forma de relacionarnos, y nuestro mundo laboral no es ajeno a ese cambio.

La misma evolución del cerebro, que a fin de cuentas no es patrimonio de la especie humana, ha hecho que algunos se adapten con una mayor flexibilidad y capacidad ante cambios del entorno. Cuando dicho entorno se ha transformado notablemente, éste también ha desarrollado módulos especiales para procesar estímulos sociales y dar respuestas adaptadas a los mismos. Esto veremos que ha sucedido en la inmensa mayoría  pero como siempre, hay excepciones, y hoy nos detendremos en estas excepciones con un ojo puesto como siempre en la empresa.

En el “management evolutivo” hablamos de nuestro tiempo, de nuestras sociedades anónimas dónde propiedad y gestión están separadas, dónde se toman decisiones a escala mundial, dónde el sentimiento de pertenencia de sus diversos integrantes depende de múltiples factores y a veces se diluye o diversifica, dónde se gestionan muchos recursos de forma coordinada de tal forma que puedan lograrse las diversas metas que tiene la organización.

¿Por qué Evolutivo? Las empresas y demás grandes y pequeñas organizaciones que se relacionan entre sí en este mundo, están compuestas (además de sus recursos tecnológicos y materiales) de seres humanos que los manipulan, y también, que al hacerlo se manipulan mentalmente entre sí, entonces hablamos de empresas organizadas, gestionadas y dirigidas y cuyas relaciones internas y con el exterior son llevadas a cabo por hombres con cerebros forjados por selección natural en los entornos del paleolítico por ejemplo, y no por las grandes corporaciones y las pequeñas y medianas empresas, que ha evolucionado  muchos miles de años después.

Las empresas han tenido una larga evolución cultural y contribuyen mayoritariamente en positivo en el desarrollo económico y social de los países. Quienes las dirigen están limitados, en cierto sentido, por su naturaleza, pero han adquirido –también gracias a esa naturaleza (que incluye su personalidad, inteligencia...)  y a las herramientas proporcionadas por su cultura- unas destrezas específicas que les hacen más apropiados (por término medio) que otros para dirigir, gestionar o manejar los negocios.

Tenemos una naturaleza humana de la que no se puede prescindir a la hora de hacer políticas de gestión empresarial o crear y sacar adelante proyectos.
Sin embargo, y detrás de toda evolución encontramos en esas "excepciones" a aquellos que por una facilidad de supervivencia han encontrado un lugar de privilegio dentro de un grupo, pero sin embargo su incapacidad de madurez sociointelectual hace que reaccionen frente a sus miedos y adversidades de manera primaria.

Gestionan a través de las simpatías, de las percepciones heredadas, por mantenerse dentro de un grupo de opinión donde su influencia tiene un gran peso, en algunos casos con cierta envidia o inseguridades, etc. Todos estos elementos son aquellos que no han evolucionado sino más bien se mantienen en la etapa peligrosamente inicial.

Seguramente la evolución no se detenga, pero este tipo de conductas serán siempre el costado gris del desarrollo, el “gen incomodo”, sobre todo por el efecto negativo que producen en el resto del grupo o lo que es peor, del grupo que lideran.

Si lo trasladamos a nuestro día a día podemos contemplar este tipo de “ejemplares” en nuestras organizaciones modernas, que si bien hemos dicho que su instinto de supervivencia los ha situado en un lugar de privilegio frente a los demás, los resultados a medio y largo plazo de quienes los rodean o dependen de ellos, se traducen en fracasos, falta de motivación, stress, falta de productividad, etc…
No todo es evolución, la especie también tiene sus lados oscuros, por más management, formaciones y planes de acción de mejora que pongamos a su disposición. Está en la sabia decisión de aquellos que tienen la responsabilidad de evaluar, el ser valientes y privilegiar la autenticidad del “Hombre de las cavernas” frente a los creadores de las “Cavernas de los hombres”. A buen entendedor...raras palabras. ¡Hasta la semana que bien!