TECNOSOFÍA: EL CLIC DEL REAPRENDIZAJE

La sobreproducción de información y la moda de lo inmediato le están ganando la batalla a la capacidad de comprensión, análisis, discernimiento y valoración que tiene el ser humano. Vivimos en el “mundo clic” donde nuestros dedos, como el viejo trilero de la feria, van más rápido que nuestra vista y que nuestra posibilidad de entendimiento. No es una cuestión de falta de talento o una necesidad de fortalecer las conexiones neuronales implicadas en la memoria ni de establecer nuevas sinapsis capaces de reorganizar y/o recuperar funciones cognitivas más débiles o dañadas. Pero sí deberíamos tomarnos unos segundos para reflexionar cómo este tema tiene relación directa con nuestra vida.

Puede ser un interesante debate pero también puede suceder que quede relegado a las millones de palabras, algoritmos, selfies, micro informaciones que nuestro vertiginoso y exigente "dedo dictador digital" nos autocensure. Por ello, no nos daremos por vencidos y lo intentaremos, una vez más.

Una de las primeras cuestiones que podemos preguntarnos es ¿mientras disfrutamos de las bondades de la Red estamos sacrificando nuestra capacidad para leer, crear, interpretar, comparar y pensar con profundidad? La tercera parte de la población mundial ya es internauta, la revolución digital crece velozmente, entonces ¿hacia qué tipo de modelo de desarrollo cognitivo e intelectual estamos acercándonos?

Nuestro cerebro cambia en respuesta a nuestras experiencias.  La tecnología que utilizamos para encontrar, almacenar y compartir esa información no es ajena a nuestro progreso evolutivo y puede alterar nuestros procesos neuronales.

Los sistemas actuales de comunicación basados en las nuevas tecnologías y redes sociales nos están "reconfigurando" de alguna manera, a su propia imagen. Nos vuelven más multitareas, productivos y hábiles en el manejo superficial de la información pero están aletargado nuestra capacidad de concentración, contemplación, análisis, creación y reflexión.

Esa multitarea nos abre un gran abanico a nivel laboral o productivo, incluso amplía nuestra telaraña social gracias a las nuevas plataformas pero sus algoritmos nos están alejando de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación. Eso nos convierte en seres más eficientes procesando datos y dando respuestas rápidas pero menos capaces para profundizar en esa información o situación planteada. Lo inmediato se transforma en algo adictamente necesario. Se aleja de dar verdaderas soluciones para nuestra inteligencia emocional, colaborativa, creativa y existencial. En definitiva, nos desvincula de la capacidad de aprendizaje, que es la que nos ayuda a una buena evolución personal y profesional. Estamos más obsesionados con los indicadores claves de rendimiento que en la medición de nuestra propia transformación, progreso y crecimiento.

Hay un frenesí por la premura que estimula muchas veces el propio Internet, las redes y todo tipo de comunicación social cuando nos incitan, inconscientemente, a buscar lo breve y lo rápido. Hoy y ya. Resultados sin procesar. Lo quiero ahora. La posibilidad de concentrarnos en una sola cosa, de reflexionar, de comparar y de hacer la buena pausa se transforma en una quimera “pasada de moda”.

Dentro de ese nuevo esquema de pensamiento que alienta lo urgente, la multitarea y subidos como siempre a la rueda del hámster, indirectamente está provocando grandes abismos en nuestro sentido de la concentración. Esto no solo lo estamos experimentando las generaciones activas en el mundo laboral sino algo mucho más importante y digno de atención: nuestros hijos.

La Era Digital nos permite mostrar nuestras creaciones, compartir nuestros pensamientos, estar en contacto con los amigos o familiares y hasta nos ofrece oportunidades laborales o de reinventarnos. No hay que olvidar que la única razón por lo que las nuevas comunicaciones tecnológicas están teniendo tanto efecto en nuestra forma de pensar es porque son útiles, entretenidas y divertidas. Si no lo fueran no nos sentiríamos tan atraídos por ellas y no tendrían efecto sobre nuestra forma de pensar, de procesar y hasta de actuar. Paradójicamente, nadie nos obliga a utilizarlas.

Es por ello que el análisis sobre su impacto en nuestro día a día, en las competencias sociales y emocionales, en nuestra misión profesional y en nuestro propio desarrollo psicofísico se transforma en un debate fundamental.

Sabemos que los nativos digitales tienen menos conexiones en la zona de gestión de la memoria del cerebro porque parte de esta función la han externalizado hacia los aparatos digitales. Hay una mayor robustez de enlaces en las zonas de integración del cerebro, lo que permite incorporar muchos datos diferentes en un mismo trabajo. Síntomas claros que el estímulo de la tecnología va alterando nuestro proceso de evolución y reorganización estructural de tejidos y circuitos en segmentos y regiones específicas de nuestra inteligencia psíquica y emocional.

Ayer los padres o la escuela eran los únicos responsables de estimular el cerebro y las emociones del niño, previendo que a más conexiones recibidas mayor sería el provecho de sus conocimientos, habilidades, talento, actitudes y aptitudes. Hoy nos encontramos con un sistema tecnológico de comunicación que juega casi en silencio, y en muchos ámbitos, ese rol. Pero nadie nos garantiza que el objetivo sea el mismo que el de nuestros padres o la escuela. Porque al igual que con ellos, un aprendizaje incorrecto genera déficits en nuestra estructura neuronal que provoca que los aprendizajes posteriores sean mucho más difíciles de asimilar. Y si esto lo traducimos a nuestro aprendizaje digital recobra unas dimensiones inimaginables donde el pilar de nuestro futuro se está reescribiendo sin pedir permiso.

La “Tecnosofía” como un equilibrio real entre la tecnología y la sabiduría evolutiva, puede transformarse así en la clave de nuestro genuino desarrollo humano. Porque si la habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad, en algo tendremos que reorientar el timón de este gran barco tecnológico en el que estamos navegando. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos en crear ese espacio, donde la aceleración, la inmediatez y la multiactividad estén a nuestro servicio y no al revés, estaremos perdiendo esta gran oportunidad que nos da este Siglo para que el auténtico reaprendizaje sea la clave para estar cada día más cerca de la auténtica felicidad.


Diego Larrea Bucchi
Experto en Recursos Humanos y Comunicación
Executive Director en Side by Side y Colaborador en Inxpirius.
Miembro de DCH – Autor de “La Era de las Personas”.

"GENTE LLAVE" O "GENTE ACCESORIO"


Estamos inmersos en los desafíos que nos plantea un nueva Era llena de cambios, de aprendizajes, de nueva toma de decisiones. Un momento crucial en nuestras vidas personales y profesionales donde la incertidumbre se transforma en una moneda corriente y la necesidad de hacer las cosas de una manera diferente e innovadora se torna cada vez más esencial para poder mantenernos en plena carrera.

Comenzar de cero, reciclarnos, reaprender, dar "vuelta la habitación de nuestra vida" profesional y personal no es una tarea sencilla, aunque no excusable en estos tiempos.

Así como las nuevas circunstancias sociales, económicas, laborales nos proponen retos, no siempre agradables, fáciles o cómodos, nuestro rol social también experimenta una necesidad de cambio y comienza a tener otro tipo de impacto y relevancia en nuestro pequeño día a día. Ya no da lo mismo qué somos, cómo somos, cómo actuamos, qué decimos, qué dejamos de decir, si estamos o no estamos. Vivimos una revolución evolutiva en las personas no en las máquinas, y nos encontramos sutilmente invitados, pero realmente obligados, a decidir entre qué dos modelos queremos estar y ser: la "Gente Llave" o la "Gente Accesorio".

La "Gente Llave'' entra en nuestra vida sin hacer ruido, la enriquecen con pequeños gestos y la hacen mucho mejor. La llenan de sensatez, de motivos para seguir. No hacen ruido, pero están, no necesitan la reciprocidad ni buscan protagonismo. No reclaman. 

Nos inspiran desde la sombra, no juzgan ni prejuzgan, buscan conocer nuestra verdadera esencia. No imponen, se adaptan, aceptan y confían. Celebran nuestros éxitos como propios, elogian y empatizan. Proponen, no esperan. 

Son un espejo que no agrede al intentar corregirnos y enseñarnos lo que no estamos viendo, porque lo hacen desde el respeto, la humildad y el afecto sincero. No son un "ya te lo he dicho".

La "Gente Llave" nos abre caminos, facilita las cosas, nos regala optimismo dándonos el impulso que necesitamos para dar ese paso que tanto nos cuesta. No necesitan de grandes acciones porque son los detalles los que marcan su presencia. Saben destacar lo mejor de nosotros. Se equivocan sin culpar a los demás y saben hacer del fracaso el mejor aprendizaje. Se enorgullecen de sus cicatrices y no de sus medallas.

La "Gente Llave" deja huella, no marca. Conduce el barco sin sombrero de capitán, y saben que las olas y tormentas también forman parte del camino. 

Entienden que las emociones no son una debilidad sino un privilegio. Nunca se ubicarán ni delante ni detrás de nosotros, sino a nuestro lado. Serán siempre nuestros embajadores estén donde estén y bajo cualquier circunstancia. 

Por otro lado, en la acera de enfrente, la "Gente Accesorio". Esos que queriendo o sin querer hemos dejado habitar en un radio aparentemente próximo a nosotros pero que en realidad forman parte de un mobiliario personal o profesional que nunca se han atrevido a entrar ni a participar de nuestros acontecimientos importantes.

Si pensamos en los tres momentos más primordiales de nuestra vida y reflexionamos sobre quiénes nos han acompañado en esas circunstancias, seguramente daríamos al botón de borrar a más del 90% de nuestra Agenda. Y el porcentaje podría ser más alto si esos acontecimientos elegidos han sido situaciones complejas y no felices.

La coraza de protección de una red social, disfrazada de una lista de amplios contactos, se transforma cada día más en un status ficticio ávido de reconocimientos públicos, situacionalmente efímero, que se suicida desde una inmensa torre cuando nos encontramos en dificultades.

"La Gente Accesorio" está porque nosotros queremos que estén. Sabemos de su intrascendentalidad, pero muchas veces no somos capaces de desprendernos de su ausencia manifiesta. Nos da miedo, y hasta en muchísimas ocasiones esperamos de ellos algo que en el fondo somos conscientes que nunca nos darán, porque para ellos simplemente no somos prioridad, y cuanto antes lo asumamos, antes caminaremos sin ese peso innecesario en nuestra mochila.

No perder tiempo ni energía en agradar a la "Gente Accesorio" a sabiendas que es una batalla perdida, nos dará el impulso necesario para centrarnos en lo verdaderamente importante.

Es por ello, que cuanto mayor sea el espacio que dediquemos a escucharnos, a descubrirnos, a observar nuestro reloj interno, a poner en valor a la "Gente Llave" y ser uno de ellos, mayores serán los éxitos que cosecharemos y la felicidad auténtica que disfrutaremos.

La "Gente Llave" sabe que el verdadero valor de una persona no se encuentra en su inteligencia, ni en sus habilidades o talentos. El auténtico valor de una persona, el más preciado, es esa capacidad altamente generosa de situarse en el lugar del otro, olvidándose de uno mismo, sustituyendo el "yo" por encima de todo al "tú" como una misma parte. De postergar ser el centro del universo por empatizar con sus semejantes. De aparcar la falsa necesidad de nuestro ego por la bondad de prestar ayuda a los demás. 

Estamos inmersos en tantos cambios, tantas dudas, tantos conflictos internos y externos, en los desafíos que nos plantea esta nueva Era de aprendizajes constantes e inmediatos, que la principal toma de decisiones debe comenzar con un simple detalle: saber elegir. Ser "Gente Llave" o ser "Gente Accesorio", esa es la cuestión.

Diego Larrea Bucchi
Experto en Recursos Humanos y Comunicación
Executive Director en Side by Side y Colaborador en Inxpirius.
Miembro de DCH – Autor de “La Era de las Personas”.

LA COLABORACIÓN, EJE CENTRAL EN LA NUEVA CULTURA DE GESTIÓN DEL TALENTO

La habilidad de colaboración para las profesiones del Siglo XXI es esencial, y lo demuestran todas las nuevas estrategias de las Organizaciones que impulsan a los líderes emprendedores a desarrollarla y compartir el talento.

Los roles están cambiando rápidamente a medida que los lugares de trabajo se redistribuyen entre el hogar y la oficina. Las jerarquías organizativas se están poco a poco aplanando y, por ejemplo, el nuevo rol de los managers requiere una mayor flexibilidad gestionando desde la proximidad actitudinal hacia los equipos en los actuales modelos híbridos de trabajo. Una colaboración más como pares y facilitadores.

Una competencia que debemos trabajar en nuestro día a día independientemente a nuestro rol dentro de la organización. Ya no basta con entregar nuestro trabajo a nuestro superior o nuestro cliente, toda la interacción que llevamos adelante durante el proceso tiene una relevancia muy importante en esta sociedad del aprendizaje. Esa interacción sea con compañeros, proveedores o el mismo cliente también es parte del trabajo, y dentro de una Compañía será la base del conocimiento compartido, de la experiencia, de las buenas prácticas, en definitiva, de la construcción de los valores y ADN de la misma. Un profesional del siglo XXI tiene en la colaboración una herramienta indispensable para el desarrollo de su actividad e incluso de su propia marca personal.

Aun en escenarios complejos, una buena dinámica de colaboración repercute directamente en el talento, en su atracción y retención porque estamos inmersos en una Era Digital que nos pone a prueba con la eficacia y con la innovación constante. Las personas son las que crean y las que consiguen que las Organizaciones avancen y conseguir un equipo comprometido con el negocio y su proyecto, que forme parte de él en cada una de sus instancias, es tan difícil como necesario. De ahí que las empresas entienden como imprescindible poner en marcha medidas innovadoras, incluso a replantearse las nuevas tareas, funciones y competencias de muchos de sus puestos vigentes y necesidades futuras.

Estamos en un momento clave. Tenemos mucha información al respecto, pero muy poca experiencia.  Es realmente importante que asumamos este proceso como el eje central en la nueva cultura de Gestión del Talento.  En definitiva, un cambio de hábito, un cambio de modelo, de paradigma, donde se necesita muchísimo acompañamiento, formación para vencer las barreras de los miedos y de las soledades y poder asumir un estilo de gestión más cercano, más humano a pesar de la frialdad de las herramientas. Y que no solo es un trabajo de las empresas, sino que es fundamental el proceso de cambio que nosotros como profesionales hagamos.  Los programas no mejoran los procesos, somos nosotros, las personas, quienes lo hacemos. 

Gran parte de lo que consideramos oportunidades de crecimiento tiene que ver con el desarrollo de competencias. Las competencias se desarrollarán cada vez más "en el trabajo". Y para desarrollar esas competencias, los profesionales tendrán que aprender de los demás mediante interacciones directas como es la colaboración.

Si la colaboración es realmente la base de la experiencia de los empleados y el motor de nuestro negocio ¿Cómo sabemos si está funcionando o no?  No basta con las encuestas de empleados para recopilar y analizar la información sobre el verdadero impacto de las experiencias colaborativas.

Aquí es donde entra en juego el verdadero análisis de colaboración, midiéndola y detectando a los referentes “influencers” expertos que serán los multiplicadores del conocimiento y el talento. Incluso descubriendo grupos no formales de Colaboración con influencia e intermediación, o bien grupos aislados, colectivos sensibles a los cambios e innovaciones, etc.

Cuando utilizamos Plataformas Colaborativas de Gestión para el desarrollo del trabajo diario, se pueden extraer indicadores (KPIs) de desempeño, tales como Influencia y Alcance, Rol de Contribución a los Procesos, Dinámica de Relación Grupal, Reciprocidad en la Comunicación, entre otros. Estos KPIs están siendo aplicados en organizaciones, para el impacto de la reutilización de soluciones de venta, la detección temprana de innovaciones y tendencias o la adopción del comportamiento colaborativo para desarrollar y gestionar programas de optimización de la Comunicación y la detección y evolución del Talento. 

La colaboración efectiva de los profesionales de una Organización es la base para una buena adaptación al cambio que hoy nos demandan principalmente nuestros clientes. Y los conocimientos analíticos de datos asociados son imprescindible para una mejora permanente, pero no por los datos en sí mismos, que son esenciales, sino por crear una cultura del desarrollo interno que tenga un impacto relevante en los objetivos de la empresa. Y por supuesto que tenemos grandes retos operativos además de culturales, para competir en un mundo de TI Híbrida que incluyen DevOps, Seguridad, Gestión de riesgos y Análisis predictivo. 

Pero algo muy importante a tener en cuenta en nuestro análisis, es que los macrodatos disponen de un saber muy escaso. Con la ayuda de macrodatos se averiguan correlaciones por ejemplo en la colaboración, pero la clave está en comprender, ya que es el pensamiento el que tiene acceso a lo completamente distinto. Lo numérico hace que todo resulte comparable pero lo realmente importantes es entender para poder transformar, crear, innovar y dar verdaderas nuevas soluciones. 

Cada vez más empresas se dan cuenta que no basta simplemente con recopilar, mover y preparar datos de manera más eficiente. Para trabajar la colaboración, el engagement, el talento o la propia comunicación y crear una nueva cultura en nuestro negocio del siglo XXI, el integrar el análisis, la experiencia, la proximidad, la creatividad, la cultura, los valores en nuestro nuevo modelo de trabajo será la línea estratégica básica para generar propuestas innovadoras que permitan marcar la verdadera diferencia en un mercado altamente competitivo.

Diego Larrea Bucchi
Experto en Recursos Humanos y Comunicación
Executive Director en Side by Side y Colaborador en Inxpirius.
Miembro de DCH – Autor de “La Era de las Personas”.


De Olvidadores y Facilitadores

Los Olvidadores se enfrentan a los Facilitadores en una lucha quijotesca y entre molinos de realidades y vendavales de circunstancias van dejando sus huellas. El primero que ayer nos reía y hoy nos ignora se funde en su lanza de falsa hipocresía, llevando su gloria fingida entre pueblos fantasmas que siguen su hazaña. Hay algo que hoy llevo presente en mi vida, no son olvidadizos, no, son Olvidadores.

El segundo, el Hidalgo valiente, nos da con ejemplo su mano tendida, no importa que día, ni causa perdida. Lo hace tan fácil que nadie lo sabe, es puente, es guía, es aire y es llave.  Por eso esta noche levanto mi copa, a ti Facilitador por tu valentía y por ver el momento oportuno y eterno, un puente tan simple, sincero y sin miedos que solo tú has puesto en mi mar de conflicto. Batalla ganada noble audaz caballero, a ti van los versos y a ti mil espejos.

(De Olvidadores y Facilitadores)
Diego Larrea Bucchi


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LOS MEJORES REFERENTES DEL LIDERAZGO

Muchas veces buscamos en libros, fórmulas o procesos lo que tenemos muy cerca de nuestro día a día. Cuando hablamos de grandes Gestores de Equipos o nos referimos al Nuevo Liderazgo tenemos, sin saberlo, una imagen muy presente en nuestras vidas: nuestros padres.

Independientemente de celebrar hoy su día, para esta reflexión me permito utilizar esta palabra para referentes de nuestras familias, padre, madre o quienes hayan tenido el privilegio de ser nuestros guías en nuestro crecimiento. Una mención especial a quienes han liderado y lideran sin procesos, ni metodologías, ni digitalizaciones, ni sistemas, la empresa más importante que es la familia, en todas sus formas y estructuras.

Quizá no nos atrevemos a hacer esta comparativa pensando en que nuestros referentes de infancia no estaban comprometidos con una “Cuenta de Resultados”. Pero muy alejados de esa teoría, ellos estaban y están comprometidos con el desarrollo y el éxito de nuestras vidas. Dos palabras que pueden encajar perfectamente en el Manual del Manager.

Es verdad que su último fin es nuestra felicidad. Pero si los resultados acompañan o el desarrollo se acrecienta y los índices se dibujan en verde, de alguna manera otro tipo de “felicidad” se respira en el ámbito empresarial.

Ya los filósofos griegos Platón o Aristóteles fijaban que los líderes no solo se caracterizaban por sus conocimientos, sus habilidades o su experiencia sino sobre todo por su actitud. Y las actitudes configuran el ámbito de la ética.

Los buenos modelos del management emanan de los buenos referentes primarios. 

Gracias, especialmente hoy, a mi padre. Por enseñarme la palabra compromiso, por enseñarme en qué consiste ser una persona coherente, por ser exigente y esperar lo mejor de mí. Por no ocultar su deseo de que mis resultados sean los mejores, por acompañarme en cada minuto, a su manera, con su forma de ser, quizá no lo comunicativa que uno hubiera querido pero sí lo efectiva que uno ha necesitado. Gracias por ser mi mentor y mi espejo en el que reflejarme. Gracias por demostrar que una empresa como la familia requiere de una estrategia pero también necesita saber dominar el timón en tempestades y en tiempos de bonanza y cuando hay que cambiar rápidamente el norte, hacerlo con decisión y firmeza. 

Ser líder no significa ser popular. Liderar es guiar, ser referente y modelo a seguir. Para que una Empresa tenga un crecimiento extraordinario y sostenido, necesita de grandes personas, de grandes profesionales y de grandes líderes. Ya que ellos serán el ejemplo y guía para las nuevas generaciones de managers dentro de la propia organización.

Un buen líder no necesariamente es aquel que tiene grandes títulos o el nombramiento de un puesto dentro de una organización. Ser un líder implica –en primer lugar- dirigir tu propia vida con responsabilidad, visión y disciplina.  Un líder es una persona congruente y de palabra, que hace que las cosas sucedan, un facilitador, que establece los buenos lazos de confianza y credibilidad para una constante superación personal y profesional y crear un ambiente de permanente colaboración y evolución.

Gracias a todos los referentes por demostramos una vez más que en las cosas simples están las grandes respuestas. Gracias por estar en estos tiempos tan complejos aprendiendo y a la vez enseñando aunque los tiempos hayan cambiado abruptamente. La pandemia nos ha dado un duro revés y tenemos que gestionar mitad en casa y mitad en la oficina, con hijos, comidas, y lavadoras entre nuestros ordenadores, reinventando negocios o haciendo números para comenzar un nuevo día.  

Gracias a los mejores referentes del liderazgo.

ESTADO DE VELEIDAD: El pandemónium de la incertidumbre

Estado de Veleidad - El pandemónium de la incertidumbre
Comenzábamos a transitar los primeros desafíos de la nueva Era Digital tanto en lo personal como en lo profesional, cuando el maremoto de la pandemia nos obligó a nadar sin rumbo en nuestras propias limitaciones, frustraciones y angustias.

No descubrimos nada si decimos que el impacto psicosocial por todo ello es evidente y lo estamos vivenciando en primera persona. Podemos experimentar y mirarnos hoy al espejo durante más de tres minutos y dejar que él mismo nos hable. O simplemente mirar nuestro contexto más cercano y contemplar con detenimiento. ¿Qué nos dice ese espejo? ¿Qué nos expresan esas personas que están a nuestro alrededor? Probablemente no hayamos "tenido tiempo"  de hacerlo, de tener ese preciado instante con nosotros mismos y para con los demás. Porque esa pausa impensada en tiempos de vértigo comunicacional no existe y la inmediatez se convierte en la Directora General de nuestra campaña personal.

Somos conscientes, además, de que los daños colaterales de una crisis internacional de esta magnitud (a las puertas de cumplir un año en nuestras vidas) pueden todavía dejarnos su huella dentro de nosotros y nuestras vidas durante meses o algunos años.

Esa sensación de hastío, miedo, rabia, ansiedad, aburrimiento, nervios, apatía y desilusión, además de provocar un sistema inmunológico debilitado y vulnerable,  nos puede llevar a un peligroso estado de veleidad, consecuencia de una clara necesidad de supervivencia. Gran parte de la situación general de caos que nos afecta en nuestro día a día de manera directa, se traduce en un aluvión de información que nos llega o que buscamos para encontrar respuestas de manera exasperada como un vaso de agua en el desierto para poder seguir andando. Pero, cuando la comunicación que necesitamos para subsistir o "resistir" se transforma en desesperación, caos o confusión, solo hay un perjudicado: nosotros. A eso le llamamos pandemónium. Un lugar en el que reina un gran desorden, ruido y griterío.

Y en ese estado de sobresaturación, nos refugiamos inconscientemente (o a veces conscientemente)  en pequeños recreos u "oasis" que nos permiten distendernos e intentar darle una tregua a nuestra minada moral o psiquis. Por ello nos sentamos frente a una TV que casi no miramos o gastamos nuestra huella dactilar del dedo índice golpeando nuestro teléfono móvil intentando hacerlo despertar o enviando un mensaje en "código Morse" de tanto utilizarlo.  Buscamos sin buscar, miramos sin observar, creemos que leemos, que contestamos, que participamos, pero solo sobrevolamos, solo intentamos sedar temporalmente nuestra inquieta incertidumbre.

Entonces, ese juego de "enfermero instantáneo" se transforma casi en una adicción dentro de nuestras inevitables confinadas cuatro paredes.

Si como decía Marco Aurelio la felicidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros pensamientos, el resultado de nuestra realidad actual cae por su propio peso.

Hoy nuestra calidad emocional ronda los índices más bajos a nivel particular y global. La sensación de "acostumbrarnos" a lo que estamos viviendo provoca un cúmulo de desasosiego, inmovilidad y un peligroso camino hacia la apatía o abulia. El aislamiento y la falta de socialización influyen en todo ello y no nos permite el lógico drenaje de nuestro "embalse", cuyos niveles a día de hoy están al máximo.

No es una cuestión de edad, estamos contemplando las mismas reacciones en casi el conjunto de la sociedad, sin distinción. Y por supuesto tenemos una alerta máxima en los niños o jóvenes que por cuestiones lógicas de madurez, evolución o aprendizaje aún no cuentan con todas las herramientas para hacer frente a una situación de tal envergadura. Si a los mayores, con habilidades más desarrolladas nos está suponiendo una dura batalla, imaginemos su experiencia y vivencia al respecto.

Esa "fatiga emocional" que hoy llaman los expertos y que golpea a cada uno de nosotros nos encierra en un laberinto donde la falta de concentración, de interés, de motivación, de paralizar todas las decisiones "hasta que aclare", nos llevan a una desobediencia con nosotros mismos, una rebeldía interna ante todo y ante lo que nos pongan sobre la mesa. Y nos aislamos más, nos encerramos más (dentro de nosotros mismos), evitando todo aquello que nos pueda ocasionar dar un paso en falso por temor a caernos.

En definitiva, estamos diseñando un pequeño nido artificial de supervivencia, un pequeño búnker ante cualquier explosión exterior. Y en ese lugar aparentemente ideal solo existe una realidad ficticia. Mientras tanto, fuera de esa cápsula personal, la vida continua y serán otros los que tomen las decisiones por nosotros, los que sigan andando y los que establezcan las nuevas reglas en estos primeros pasos de la nueva Era.

Nuestra quietud o nuestro abandono serán una piedra contra nuestro propio tejado. Dejemos entreabierta al menos la ventana al aprendizaje y a la curiosidad aprovechando estos tiempos tan inconexos, ambiguos e irrespetuosos en un espacio de entrenamiento personal intelectual, fortaleciendo aquellas habilidades o  competencias que tenemos dormidas o que necesitamos incorporar. Porque un día la tormenta acabará y nosotros debemos salir al patio a correr, sonreír, gritar de alegría y comenzar nuevamente. Aunque la realidad no será igual que antes. Y el tiempo que hoy estemos invirtiendo será clave para nuestro éxito en la nueva etapa. Recordemos lo que decía Stephen Hawking, detrás de su esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que el  mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión del conocimiento.

Nadie lo hará por nosotros mismos. Ya sabemos donde está el "enemigo virtual". Las excusas siempre se llamarán igual, la realidad nunca quiso que dejemos de enfrentarla, lo seguirá haciendo y como vemos no deja ni dejará de sorprendernos. Por lo tanto, salir del estado de veleidad actual es un reto al que nos enfrentamos todos, en una dura y compleja misión. Dependerá única y exclusivamente  de cada uno de nosotros y será el mejor de los desafíos que nos podamos proponer. Toda preparación será poca para los nuevos tiempos que están por venir. Y es en ello donde debemos verdaderamente centrarnos y no permitir que la fatiga nos gane la pulseada.  Únicamente así el pandemónium de la incertidumbre caerá en su propia duda, vacilación o recelo. Irá cayendo poco a poco de manera proporcional a nuestra capacidad de rehacernos, reconvertirnos y dar esa mejor versión de nosotros mismos. Seamos nosotros el cambio que deseamos ver a nuestro alrededor. Tenemos algunas certezas: los "no", los "peros" y el contexto adverso no facilitarán nuestro camino. Pero también contamos con la certeza más importante: saber que como resultado de ese esfuerzo podremos posicionarnos en el mejor de los escenarios futuros y de nuestra propia evolución, con una experiencia única e histórica y con la verdadera sensación de felicidad impregnando todas nuestras metas soñadas.

ESCUELA DE ADULTOS DEL SIGLO XXI (Aprendiendo a aprender)


Hoy, en plena Transformación, nos encontramos aún con la gran materia pendiente: ¿Cómo abordamos el desarrollo y el rol de la persona en esta nueva etapa?
Pero no desde el punto de vista meramente funcional sino su verdadero nuevo rol, habilidades y necesidades que el mundo nos está demandando. ¿Cómo trabajamos para esa nueva "Escuela de Adultos"?

Somos muchas generaciones las que deberíamos pasar por los pupitres del "Aprendiendo a Aprender" o reaprendiendo en el Siglo XXI. Ya que el "nuevo analfabetismo" será el ser incapaz de desaprender y reaprender.

Somos privilegiados protagonistas históricos de una nueva etapa cultural y social y tenemos la garantía y experiencia de lo vivido en el pasado. Actualizar nuestro GPS, actualizar los saberes que ya se tienen es fundamental, pero también aprender nuevas habilidades o descubrir las que teníamos dormidas hasta hoy. Incluso vivir una reorientación de nuestra carrera u objetivos.

Necesitamos vivir la "Escuela de Adultos del Siglo XXI" como un proceso natural y necesario. Es tan importante que las organizaciones centren este cambio sociocultural en el que nos encontramos basándose en un nuevo aprendizaje cognitivo evolutivo de sus profesionales, pero más aún es el ser exigentes en nuestra propia autoformación, renovación y desarrollo. El talento y la experiencia viven con nosotros. Ahora es tiempo de poner ese talento y experiencia al servicio al servicio de los demás dando este salto que la nueva Era nos está demandando.


DIEGO LARREA BUCCHI 
Twitter: @larreadiego 


YO. LA ASIGNATURA PENDIENTE

Lo bueno y lo malo que nos pasa en la vida tiene que ver con cómo gestionamos nuestras emociones. La felicidad no es una utopía de cuento de hadas. Es verdad que en la sociedad actual el dinero, la competitividad o la inmediatez no ayudan a estabilizar esa felicidad. Incluso el contraespejo de las redes sociales donde enseñamos más aquello que deseamos que suceda que lo que está sucediendo de verdad, nos genera incluso más frustración.

Evidentemente no podemos conformarnos pero debemos ser conscientes de lo que somos y dónde estamos para ubicar ese nivel ideal alcanzable y a partir de allí delinear el verdadero camino. A su vez, conocer nuestras actuales fortalezas y debilidades para poner o quitar de la mochila y caminar así con el peso correspondiente.

La ilusión y la realidad para llevar a cabo nuestros proyectos son dos elementos fundamentales para comenzar a subir esa montaña. El buen consejo desinteresado o el análisis de otras experiencias nos pueden dar pistas pero la elección del qué y del cómo es únicamente nuestra.

Deberíamos asumir que en la búsqueda de nuestra propia felicidad el peor de los errores es buscar la felicidad en sí misma, como si fuese un objeto. Nada más equivocado. La felicidad pueden ser instantes, segundos, horas, semanas, meses, no tiene tiempo ni espacio. Incluso se puede encontrar en el mismo camino de su búsqueda. Porque no estamos hablando de alcanzar un logro, una meta o un resultado. Hablamos de un estado personal consecuencia de una serie de actos. Ese resultado por supuesto que incentiva, realza, empodera, estimula, excita, rejuvenece, ilusiona y motiva.

Pero si relacionamos únicamente nuestra circunstancia emocional a la concreción de los objetivos que nos hemos trazado, probablemente podamos pasar algunos años en un puente de frustración donde no tengamos claro si estamos más cerca de llegar al final del mismo o si estamos en el medio o acabamos de salir. Porque la realidad nos puede sacudir en la cara que los objetivos aún no se pueden cumplir o que las dinámicas que estamos utilizando para lograrlas no son las adecuadas o tal vez que el escenario real está viviendo situaciones negativas que impiden seguir dando esos pasos.

Trabajar por alcanzar esos niveles que nos hemos marcado es fundamental y es por ello que ante todo necesitamos conocer cuáles son aquellas habilidades que aún no tenemos y provocan un cortocircuito en nuestro proyecto o bien están dormidas dentro de nosotros. Nunca perder la curiosidad por aprender ya que es desde el aprendizaje donde nuestra mente encontrará respuestas a múltiples interrogantes. El ser humano es curioso y necesita explorar, investigar y cuestionar las cosas para poder avanzar, conocerse mejor y lograr sus metas sean personales, profesionales, familiares, espirituales, etc. Pero el "ostracismo digital" no debe envolvernos en la quietud. Recordemos que la tercera ley de la dinámica de Newton es el Principio de Acción y Reacción, por consecuencia las paredes de cemento o de LED en la que nos sumergimos no forman parte del camino.

Todo es un trabajo constante, probablemente infinito, hacia el encuentro de nosotros mismos y de nuestros deseos u objetivos. Trabajo que implica dedicación, constancia, pasión, esfuerzo, aceptación, escucha e innovación. Así como sucede en la amistad o en el amor.

La vida personal es la asignatura más importante que debemos cursar y no hay escuelas, de momento, que nos ayuden a mejorar nuestras habilidades sociales de manera profunda. Es vital poder contar con herramientas internas sólidas que nos permitan realizar el verdadero cambio que necesitamos, en el momento y lugar que lo necesitamos. Para ello, es importante saber lo que uno quiere de verdad, abandonar nuestra inmadurez emocional, poner los medios necesarios para lograr los objetivos, desterrar los "es ques" y las excusas para tener definitivamente las ideas claras y organizar un plan de acción realista. Asumimos que el Síndrome de Sísifo estará una y otra vez en nuestra rueda, que suba y que caiga, pero eso forma parte de nuestro aprendizaje y en él la oportunidad de encontrar la auténtica felicidad de ser.

DIEGO LARREA BUCCHI 
Twitter: @larreadiego 


Innovación y nuevos modelos de negocio - Nuestra nueva realidad (Tendencias 2021 Carlos Glatt)

El siguiente texto es una reflexión sobre las tendencias más representativas que han analizado 50 expertos para el 2021. Un resumen de 20 puntos que engloban el cambio que hoy experimentamos como sociedad y que estamos aprendiendo a imaginar, entender y dar los primeros pasos. 

Los cambios de paradigma y formas de trabajar nunca regresan. El mundo siempre está en transformación, adaptación y renovación. Este es y será, probablemente, el nuevo escenario: un ciclo histórico donde somos los protagonistas.

  1. Los seres humanos deseamos volver a socializar pero el trabajo a distancia básicamente se quedará igual. El modelo mixto de trabajo es irreal, simplemente seguiremos trabajando en línea desde nuestras casas cada vez más adaptadas y con reuniones en lugares divertidos y diferentes cada mes para socializar y conectar. Se crearán múltiples espacios para grandes juntas digitales con todas las soluciones resueltas. Nadie quiere vivir en el tráfico ni en esa vorágine de información y trabajo otra vez. 

  2. Las oficinas cierran en un porcentaje altísimo y ese modelo atrasado es retomado por tecnologías disruptivas. Cada día tendremos más asistentes digitales para trabajar en forma eficiente. Esos grandes corporativos serán recordados por siempre como los enormes mamuts de 1980-2020 en extinción. La gente no siempre trabajo así y no trabajará por siempre en ese mismo esquema. 

  3. Los hoteles de trabajo desaparecen en un 50% por lo menos. Nunca regresan los viajes, congresos o reuniones de trabajo como eran,  si es que se pueden hacer en línea. El turismo de trabajo desaparece prácticamente. Las llamadas se convierten en videollamadas. Las juntas internacionales en juntas en línea. Los grandes congresos en sistemas tecnológicos. Nuevos lanzamientos de productos en forma digital y tecnologías novedosas. Congresos apoyados por A.I. Para recibir experiencias personales. 

  4. Las casas se vuelven más tecnológicas y adaptadas al trabajo diario. Muchas empresas se dedicarán a solucionar las necesidades de trabajar desde casa. La casa cambia de ubicación. Hoy se puede vivir fuera de una gran ciudad, trabajar igual y generar mismo valor. La ubicación física pasa a un segundo término para las empresas, pero a un primer término para los trabajadores. 

  5. La productividad ya no depende de un jefe que te revise, ahora es por medio de plataformas que te ayudan a medir resultados, KPI’s y tiempos eficientes. La forma de contratar personal se replantea. Contratar al mejor del mundo hoy es más fácil, económico y eficiente. No habrá diferencia entre contratar personal local y extranjero. Hoy todos somos globales.

  6. Todo lo repetitivo se vuelve virtual y en esquema de suscripción. Desde iglesias, arte, gimnasios, cines, entretenimientos. A veces iremos a cosas físicas pero los números no darán para mantener las infraestructuras físicas que se tenían antes. Menos lugares podrán mantener algunos modelos abiertos. Servicios sofisticados a domicilio por medio de VR llegaran muy pronto. 

  7. Las empresas que no inviertan por lo menos 10% en nuevas tecnologías desaparecerán. La empresa tradicional llegó a su fin en el 2020. Ya solo queda esperar a su muerte definitiva. Con recursos limitados las empresas requieren más certidumbre y mejores inversiones. Una empresa tecnológica, nueva y fresca hoy, puede desbancar a una que lleva haciendo lo mismo en los últimos 50 años. Así como el modelo de “dark kitchen” ha crecido muchos servicios copiarán el modelo. 

  8. El turismo por entretenimiento regresa totalmente fortalecido en el segundo semestre del 2021, siempre acompañado con mucha tecnología en su operación, desde la compra, la operación y las experiencias a recibir. La gente aprecia más que nunca visitar lo natural pero con soluciones altamente tecnológicas. Lugares más remotos, experiencias más auténticas apoyadas con asistencia digital 24/7. La interacción es la base del entretenimiento del futuro. Ser parte, experimentar algo auténtico y descubrir información en forma dinámica. 

  9. El manejo de datos personales se vuelve más delicado y las grandes plataformas cambiarán. La gente regresa a pagar cosas por suscripción por el sentido de transparencia que involucra. Prefieren pagar que regalar sus datos. Las grandes marcas hoy valen por su credibilidad. Todo se puede copiar o replicar menos el prestigio. El valor de la empresa hoy depende de muchos factores y no nada más de su venta anual. 

  10. La fuerza laboral se reduce dramáticamente y se le dan muchas operaciones simples a la A.I. Para el 2024 el A.I. ya manejará operaciones complicadas en millones de lugares. Pero la adopción general inicia en el 2021. Se aproxima  una temporada de despidos globales muy grande. El desempleo se da por razones multi factoriales y no solamente por la crisis económica. 

  11. La educación nunca regresará igual. Se vuelve presencial pero tecnológicamente adaptativa. Cada quien lo que necesita. Estudiar Offline e in-line será lo normal. Las escuelas e universidades se transforman en un esquema híbrido para siempre. Se regresa al esquema de contratar gente muy preparada para llenar puestos importantes, pero se aceptan candidatos que lo lograron por su parte personal, sin título universitario que lo avalen. 

  12. El sistema médico se adapto a lo digital con tecnología a distancia para siempre. Una cita médica en teleconferencia será lo normal. La gente seguirá con pruebas de Covid rápidas por todo el 2021 para sentirse seguros. La vacuna se acelera mucho pero encontrará grandes retos en el camino. Los grandes hospitales replantean su operación por las crisis económicas que han sufrido por el Covid 19. La gente se enferma menos de virus, bacterias y enfermedades por mal manejo de alimentos gracias a una limpieza recurrente del individuo común. 

  13. La economía personal se contrae, se utilizan nuevas formas de generar transacciones comerciales y la gente ahorra más. Un porcentaje alto del gasto familiar se destina a actividades que antes no se pagaban y viceversa. La compra de artículos como ropa elegante se substituye por prendas casuales. Sigue la transformación radical de hábitos en 2021. La electrónica sigue siendo el producto más apreciado y adquirido por un año más. 

  14. El comercio sigue creciendo pero en línea, entran jugadores como Facebook, Tik-Tok y YouTube a competir con Amazon. Cierra un porcentaje cercano al 50% de tiendas físicas globales. Las tiendas sobreviven gracias a ser experiencias y show rooms, pero el comercio real para finales del 2024 será mayor en línea que presencial en muchos rubros. Los grandes centros comerciales quedarán atrapados en el tiempo. Muy pocos sobrevivirán a largo plazo. 

  15. El cambio climático será un tema muy comentado y apoyado. Grandes industrias seguirán en la transformación y se utilizará la A.I. para comprenderlo y operarlo mejor. La adopción de bicicletas como transporte principal seguirán creciendo gracias a la transformación de las ciudades. Pasaremos del tema Covid al Cambio Climático como tema principal en forma natural. Una oportunidad de unión global para ayudar a transformar y resolver los grandes temas. 

  16. Nuevos modelos de información y noticias por suscripción con más transparencia ayudarán a dar contenidos sin tanto “Fake news” La credibilidad y transparencia será la piedra angular de todas las empresas. La gente está cansada de tanta información y prefiere sistemas curados por expertos para interactuar. La inmediatez seguirá siendo muy valorada. 

  17. La salud mental se vuelve un tema recurrente y grandes plataformas ayudan a la gente a sobrellevar las situaciones de agresividad, soledad y angustia que han vivido al estar aisladas. Uno de los grandes costos del 2020 es la complicación para trabajar nuevamente en equipo. Mucho que trabajar, mucho que replantear. Las crisis de liderazgo en las empresas cada día serán más comunes. 

  18. Las grandes problemáticas como la educación, la salud, la energía, la seguridad, la política, la destrucción de la clase media, toman los reflectores y se desarrollan soluciones por parte de las empresas tecnológicas. Se invierten grandes capitales al hacer el bien, mientras que se resuelven los problemas globales. Emprendimiento social en su máxima expresión con resultados económicos muy sustanciosos. 

  19. Todo se va a lo natural y saludable. Comida, experiencias y forma de interactuar. 100% natural es lo de hoy. Producir los propios alimentos, meditar y ejercitarse, pasan a ser parte de día a día. La permacultura y los sistemas de producción personales eficientes crece exponencialmente. Cada quien quiere poder satisfacer sus necesidades comestibles sanas personales. Consumir local pero real. Ser más sano es el “nuevo lujo”. Los productos suntuosos pierden valor y justificación. El reciclado regresa con mucho más fuerza después de un año de desperdicios incontrolables, ahora con grandes tecnologías que inician y resuelven realmente los problemas generados en el pasado. 

  20. El mundo está viendo este año como un nuevo inicio. Un renacimiento. Le gente replanteará sus metas personales, de trabajo, de salud, de dinero y espirituales. Vienen grandes oportunidades para satisfacer todos esos requerimientos y cambios de pensamiento. Un nuevo inicio con valores más reales. Muchos comportamientos se transforman y nunca regresarán. Acumular, consumir y vivir por lo material pasa al lado negativo de la conversación. 
La innovación, la tecnología, lo natural y el pensamiento lateral son la base de la nueva realidad. Todos podemos encontrar nuevos caminos. Las directrices están definidas. Simplemente hay que encontrar las nuevas rutas personales o empresariales. Últimos días para actualizar nuestro GPS del cambio.