RO positivo vs RH negativo (De los resultados financieros a los valores)

Cuando los Resultados Operacionales (RO) se encuentran enfrentados con los Valores de Empresa o el espíritu de Recursos Humanos (RH) me encuentro en una reflexión incómoda, quizás anodina y hasta irrespetuosa dentro de nuestro mundo profesional/laboral, pero no quisiera dejar de compartirla y obtener entre todos un poco más de luz en esta cuestión, que de momento, al menos yo, no he sido capaz de resolver en mi mente.

En el punto de la curva que nos encontramos dentro de esta crisis socioeconómica, donde como en todos los anteriores cataclismos provoca cambios irreversibles, la palabra “sobrevivir” cueste lo que cueste no solo la encontramos en boca de desafortunados ciudadanos sino también de alguna de nuestras empresas. Y en ese “todo vale” es donde mirarnos al espejo todos los días puede ser un sufrimiento, dormir por las noches convertirse en un imposible y ser un líder creíble, una quimera.

Cuando hablamos de rentabilidad empresarial no somos tan ilusos y entendemos que los negocios son negocios, y que ninguna empresa en sí misma es una “fundación”, pero nosotros como responsables de los modelos de gestión y cultura organizativa tenemos que ser los verdaderos observadores, garantes y animadores del bien común, de los valores compartidos por sobre los resultados económicos obtenidos a costa del “caiga quien caiga”.

Hablamos de valores, de metas, hablamos de bien común. Se trata de un concepto tan atractivo que todo el mundo desea apropiarse de él. Sucede lo mismo con el Amor o la Libertad. Por lo tanto es decisivo: la dignidad humana debe estar en el centro de todo. Una economía que solo piensa en el beneficio financiero es antinatural. Se trata de una perversión que "invierte" nuestros valores. El medio (dinero) para conseguir nuestros objetivos (la felicidad) se transforma en un objetivo en sí mismo.

Las reglas actuales del mercado son, en muchas ocasiones, el afán de lucro y la competencia. Si hay conflicto entre distintos objetivos siempre prevalece el resultado monetario. La competencia es la forma en la que tenemos hoy en día de relacionarnos los seres humanos. Pero ¿cuáles son los valores que permiten afianzar nuestras relaciones humanas? La cuestión es cómo se miden nuestros valores. ¿Cómo mido mi beneficio? ¿Cómo se mide la eficiencia de una economía?. El objetivo primero y último debe ser reconciliar los medios y objetivos de esa economía con los valores que constituyen el corazón de una sociedad o de una empresa. Independientemente de los resultados, no podemos fomentar los comportamientos deshonestos e irresponsables. Tenemos que ser congruentes y crear un sistema que incentive las virtudes y no los "vicios". Como managers debemos comprender que ese modelo de telaraña firme que anhelamos construir de cara al buen futuro de nuestra organización puede verse destruido en dos minutos si no decidimos a tiempo en qué orilla del río queremos estar y seguir el camino.

Los biólogos evolucionistas han demostrado que la cooperación, más que la competición, es el principio básico e invisible que permite la vida, empezando por la propia estructura del ADN. Por lo tanto: fortalezcamos entre todos los valores, construyamos nuestro ecosistema de manera creíble y bajo un espíritu colaborativo, y dentro de nuestro día a día tendremos en el momento preciso la capacidad de liderar el NO. Y en las dificultades, que es donde se ven los grandes profesionales, tener la grandeza de construir el RO con sangre positiva.

GROUCHO MARX: “Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”.


DIEGO LARREA
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