LAS EMPRESAS TIENEN QUE TRABAJAR COMO SI FUERAN UNA FAMILIA

El éxito del liderazgo en estos tiempos está garantizado sólo en aquellos gerentes que tengan la capacidad de dirigir y orientar a la organización para que sea vista por sus integrantes como una comunidad humana. Sólo desde esta perspectiva puede surgir la energía creativa necesaria para sobrevivir a los fuertes cambios que afectarán a la humanidad en las próximas dos décadas.

Existe una ambigüedad con la definición de liderazgo: por un lado se entiende que el líder es el jefe, pero este es un concepto inherentemente jerárquico. Sin embargo, existe un segundo concepto más afín a las empresas que logran permanecer en el tiempo. Desde ese punto de vista el “liderazgo es la capacidad de una comunidad humana de darle forma a su propio futuro”.

Las organizaciones que han llegado hasta 200 años son aquellas que se caracterizan por un profundo sentido de identidad, logrando concebirse como una comunidad humana. Para sobrevivir, las empresas deben lograr que sus empleados y managers vivan ese concepto y no solo lo perciban únicamente como una organización con el fin de generar dinero.

Las empresas deberían trabajar como una familia. Siempre teniendo en claro quiénes son y cuál es su propósito. Las utilidades son el oxígeno de una empresa, pero no responden a la pregunta de quiénes somos y a dónde queremos llegar.

La humanidad está viviendo un momento histórico, y en las próximas dos décadas se producirán cambios determinantes y solo sobrevivirán las empresas que estén en capacidad de innovar, aprender y adaptarse. Y ya estamos dando los primeros pasos del cambio.

De ahí la importancia de estimular a todas las personas que conforman una empresa en la búsqueda de soluciones a los problemas que se presentan en el día a día, de forma motivada, entusiasta y proactiva.

Ya que es en el carácter humano donde se centra el éxito, los managers, si quieren convertirse en verdaderos líderes, primero tienen que transformarse en mejores seres humanos. Y como bien podemos entender, a veces no es tarea fácil.

ESPACIOS SOCIALES

La creación de espacios sociales en las empresas constituye una de las claves para la innovación. Es en estos espacios donde es posible alcanzar el balance entre la dimensión tecnológica y social de las personas.

En los espacios sociales las personas tienen oportunidad de comportarse como seres humanos y dar rienda suelta a la creatividad. Se sabe que muchas grandes ideas han surgido de conversaciones sencillas entre empleados.

Para ilustrar con un ejemplo: un grupo de ingenieras de HP tenían una red donde compartían su pasión por coser colchas. En los encuentros hablaban de sus vidas y sus familias, pero también de su trabajo. En el proceso, las participantes se volvieron amigas y cada vez que tenían un problema en la empresa se comunicaban para buscar una solución.
Un tercio de las innovaciones de la compañía en ese momento fueron fruto de esas reuniones.

Otro ejemplo es el de Bose, empresa que se dedica a la fabricación de sistemas de audio de alta calidad. Su presidente ordenó que sólo se pudiera tomar café en el comedor de la oficina. En principio se puede pensar que la medida era para evitar distracciones, pero realmente el fin era crear un espacio de integración donde los empleados se encontraran y se comunicaran.

Hoy nuestras Redes Sociales Internas, si las alejamos de toda moda online y realmente animamos Redes de Colaboración Interna donde las preguntas, charlas, buenas prácticas y propuestas de los empleados sean realmente consideradas a la hora de elaborar objetivos por parte de la dirección, ganaremos en proximidad , en productividad, tendremos mejor visibilidad de la realidad del terreno, y al fin de cuentas ganaremos en satisfacción de nuestros empleados y clientes que sentirán la empresa como suya, como su propia casa, a como su propia familia.

LA CAPACIDAD CREATIVA

Para generar ese entorno que anteriormente compartíamos, debemos considerar que una cualidad vital de un líder es pensar en el futuro de la organización y discernir entre las soluciones que pueden resolver un conflicto momentáneo pero que tendrán un coste a futuro mayor.

Pese a que frecuentemente se habla de programas de cambio organizacional, la mayor parte de las empresas no alcanzan realmente a aplicar nuevos modelos. Si vamos a los aspectos específicos podemos encontrar dos causas fundamentales, una es que la gente se resiste al cambio y, la otra, que algunos managers no propician el cambio por temor a ver su imagen ligada a algo que no funcione.

La gente tiene temor al cambio porque muchas veces no sabe cómo hacerlo. Un buen líder debe estar ahí acompañando ese proceso. La clave en el arte de ser líderes en el cambio es ir cambiando las cosas paso a paso. Este sistema permite involucrar a las personas en el proceso.

El cambio cultural puede ser visto como cambios incrementales en los hábitos. Pero para lograr eso se necesita paciencia, perseverancia y, algo más importante aún que llega como resultado de decir la verdad sobre los hábitos actuales. Aunque parece simple, a menudo no lo es.

La otra palabra importante en el proceso de cambio es la visión, que no es más que la respuesta a lo que queremos. Hay muchos niveles de visión, pero la visión que importa es la que le habla a la gente con mayor profundidad. La visión es una imagen del futuro que se busca, de lo que se quiere crear. Cuando hay una verdadera visión presente, hay energía, y a la gente le importa.

La clave del cambio se basa en el principio de la tensión creativa. En un extremo está la realidad y para reconocerla hay que decir la verdad. En el otro extremo está la visión, lo que queremos lograr en el futuro.

Estos dos polos provocan una tensión, que libera energía y resolución, lo que produce el cambio. El principio de la tensión creativa se basa en mantener la visión y decir la verdad, tarde o temprano la realidad se irá acercando a la visión.

Sin embargo, la tensión creativa, conlleva una tensión emotiva, que se refiere al temor de fracasar que experimenta la gente ante una brecha entre la visión y la realidad. Entonces, la clave para que cambien las cosas es decir la verdad sobre las emociones, las cuales forman parte de la realidad.

Pero, ¿cuál es la verdad? Cada persona tiene su propia interpretación de la realidad, el hecho es que olvidamos que estamos interpretando.

El trabajo del líder comienza por admitir que su verdad es un punto de vista. Debe proponer su hipótesis y propiciar que entre todos puedan definir lo que es la realidad a partir de la diversidad de interpretaciones. Mediante el diálogo, construir la coherencia reflexionando a partir del holograma que forman las diferentes visiones.

Una organización es una comunidad humana, una concepción familiar desde el punto de vista emocional y de sentido de pertenencia, con una visión en conjunto, todos trabajando con la misma visión desde sus posiciones y desarrollando las tareas que les corresponde, por más discrepancias y momentos difíciles que pueda pasar esa comunidad o esa familia.

Los líderes, deben ocupar sus posiciones de verdadera jerarquía como lo hacen los padres/madres de familia: asumiendo la responsabilidad, la coordinación, la contención, el crecimiento, la corrección, la “alimentación” formativa, canalizando las frustraciones y poniendo en valor los éxitos…eso es el comportamiento de una verdadera comunidad humana y el ADN de nuestra empresa. Si como padres/ madres muchas veces nos equivocamos, por qué no nos vamos a equivocar como líderes en nuestro ámbito profesional?. Las cartas están en nuestra mano y los tiempos no esperan.