Una de las acepciones del verbo “inspirar” en la versión
online del Diccionario de la Real Academia Española dice así: “infundir o hacer
nacer en el ánimo o la mente afectos, ideas, designios, etcétera”. Otra
acepción, referida esta vez al sustantivo “inspiración”, dice lo siguiente:
“efecto de sentir el escritor, el orador o el artista el singular y eficaz
estímulo que le hace producir espontáneamente y sin esfuerzo”. El Diccionario
Merriam-Webster online señala lo siguiente en una de sus acepciones del verbo
en inglés “inspire”, inspirar: “influir de modo tal que da vida, aviva o
exalta”.
En el lenguaje diario nos referimos con cierta frecuencia a
la inspiración de un músico, un pintor o un escritor; pero, el concepto
trasciende estos límites. Cuando se manifiesta en nosotros, nos exalta y nos
conduce a mejorar lo que hacemos habitualmente; cuando hacemos algo bien no es
raro que nos digan que estamos inspirados.
La inspiración está presente en temas relacionados con el
management, tal como en la creatividad y el liderazgo.
Pero nosotros ¿Inspiramos a nuestra gente? La raíz de la
palabra inspirar significa inhalar, colmar de fuerzas espirituales. Inspiración
es la capacidad de emocionar a la gente llegando a su corazón y llenándolo con
fuentes de significado profundo. Para conducir grupos u organizaciones a través
de un cambio se necesita poseer la habilidad de inspirar lo cual incluye no
sólo hechos y lógica, sino también valores.
Llevarlo a cabo implica comprometer
las lealtades y las creencias, las que yacen no en sus cabezas sino en sus
corazones. La inspiración no es una habilidad innata, propia de unas pocas
personas carismáticas.
Todos poseemos esta capacidad. Para comprobarlo basta
con concurrir a un hospital de niños y ver cómo nos envuelve la habilidad
diaria que posee la gente para inspirar. Y los que hemos pasado por allí alguna
vez sabemos lo valioso de esa inspiración.
Se necesita fortalecer dos habilidades para dominar la
posibilidad de inspirar: escuchar desde el corazón y hablar desde el corazón.
Después de todo, uno no se puede conectar en forma profunda con la gente a
menos que uno sepa qué hay en sus corazones y qué en el nuestro.
Según los especialistas, la inspiración, dentro del campo de
la psicología, no ha atraído atención en forma sostenida y ha sido virtualmente
ignorada en estudios de la personalidad y la motivación. No obstante, en los
últimos años los psicólogos han desarrollado un esquema conceptual derivado del
estudio y análisis de la manera como la inspiración tiene lugar en distintas
disciplinas. Las similitudes encontradas les han permitido desarrollar el
siguiente esquema conceptual:
La inspiración tiene tres características básicas, a saber:
1) trascendencia; 2) evocación; y 3) motivación.
1) Trascendencia: se refiere al hecho de que la inspiración
nos orienta hacia algo que es mejor o más importante que nuestras
preocupaciones habituales. Uno visualiza mejores posibilidades cuando está
inspirado.
2) Evocación se refiere al hecho de que la inspiración no es
producto de nuestra voluntad sino que es evocada espontáneamente como resultado
de algún estímulo. Uno no se siente directamente responsable de lograr estar
inspirado.
3) Por último, motivación significa que la inspiración
provee de energía y dirección a nuestro comportamiento. También se utilizan los
términos “disparador” (trigger) para referirse al estímulo que evoca la
inspiración y “blanco” (target), al objeto hacia el cual se dirige la
motivación resultante.
Estudios ya nos han revelado que la inspiración no está totalmente
fuera de nuestro control. Si bien con frecuencia es vista como mítica o de
origen divino, es mejor pensarla como una interacción sorprendente entre
nuestros conocimientos y la información que recibimos.
En conclusión, la inspiración es el punto de partida de la
creatividad; facilita el progreso hacia el logro de los objetivos y aumenta el
bienestar.
Por lo tanto, seamos responsables de nuestra propia
inspiración y el motor de aquellos que
esperan de nosotros esa “chispa adecuada” para abrir caminos, aligerar temores
y lograr el éxito y felicidad que nos hemos propuesto. Inspira la muerte, la
vida, la naturaleza, la alegría, la tristeza, el padre, la madre, el hijo, el
amor, el desamor, todo aquello que es capaz de cambiarnos en un segundo y dejarnos
para siempre una huella desde la célula más sincera.
Para este fin de semana os propongo una reflexión (y no solo dentro del ambiente laboral): ¿somos líderes inspiradores?.
Para este fin de semana os propongo una reflexión (y no solo dentro del ambiente laboral): ¿somos líderes inspiradores?.