Realmente,
pasamos más tiempo escuchando que hablando. Del tiempo total que dedicamos a la
comunicación, el 22% se emplea en leer y escribir, el 23% en hablar, y el 55%
en escuchar. Esto no quiere decir, que estemos más dispuestos a escuchar que
hablar, sino que estamos más expuestos a estar recibiendo información que a
transmitirla.
Otros
estudios destacan que sólo el 7 % de la comunicación es verbal, porque las
emociones se expresan en formas, tonos de voz, expresiones y ademanes que hay
que saber escuchar. Por eso hay que observar más lo que se hace que lo que se
dice. Y es que a pesar de que se puede hablar sin saber que decir, el saber
escuchar es importante para tener una buena comunicación y conexión con las
personas.
Todas estas consideraciones
y conclusiones pueden servirnos sin duda tanto para nuestras vidas con nuestros
hijos, parejas o amigos como en el trabajo. Y también para entender la verdadera
importancia y el potencial de la "escucha activa" en los medios y
redes sociales. Canales donde fluye la información a través de múltiples
conversaciones en las cuales podemos participar, pero sobre todo, de las que
podemos aprender y extraer valiosa información donde el lenguaje, las formas y
el tiempo también son claves y pueden causar un buen o mal efecto. Aun estamos
en procesos de aprendizaje en este sentido, si hasta enviamos 8 líneas de
mensajes Whatssap cuando podríamos hacerlo en una, provocando la alteración del
receptor cuando escucha sonar 8 veces
seguidas su móvil (celular).
Muchas veces
somos nosotros mismos los que, como decía mi padre, nos ponemos anteojeras como
los caballos para no ver de lado, sino de frente, en otras palabras, ignorando
lo que hay a nuestro alrededor. Y cuando los pasos nos dominan y nosotros no
dominamos nuestros pasos probablemente nos tropecemos, y nos caigamos al suelo.
Vivimos en nuestra aceleración contante y no podemos dominar ni nuestras
palabras, nuestros espacios, tiempos, pausas, silencios, etc.
Tenemos tanta
cantidad de información dentro de nuestro cerebro que ya somos como especie de
autómatas arriba de un autobús o de un coche y cuando caemos un segundo en la
realidad no podemos explicarnos cómo hemos transcurrido ese espacio de tiempo
anterior, tenemos la sensación de haber estado aislados durante un periodo
corte de tiempo y nos preguntamos “cómo he llegado hasta aquí”. Es nuestra
“sordera temporal”. Probablemente en ese espacio de tiempo hayamos saludado o
mirado a alguien, pero en realidad ni lo hemos saludado ni mirado
conscientemente. La vulnerabilidad de nuestro yo interior tiene una gran
repercusión dentro de nuestro mundo exterior y nuestras relaciones.
No somos
consientes, y no le damos la importancia que tiene porque no lo vemos, o más
bien no nos escuchamos o nos escuchamos demasiado según el caso, y no somos
capaces de distinguir la repercusión que tiene en nuestro entorno este tipo de
actitudes. Hasta nuestro propio liderazgo como profesionales nos pide a gritos
un cuidado especial con la buena escucha y los roles en nuestra comunicación.
Tanto nuestro círculo laboral como el personal pueden verse afectados
seriamente ante la ignorancia de estas “hipoacusias relacionales”
Perdemos
amigos, parejas, compañeros de trabajo pero también perdemos clientes. Por que
las empresas pueden también sufrir de “sordera temporal”. Esto es algo
incuestionable y a tener en cuenta para cualquier tipo de estrategia de
comunicación que deseemos desarrollar a través de los medios y redes sociales.
Las empresas y marcas que buscan aumentar su visibilidad, interactuar y
establecer nuevos vínculos con sus seguidores, usuarios y potenciales clientes
deben adoptar una postura de escucha activa, con empatía, actitud, humildad, y actuar de forma planificada y coherente.
A todos nos
gusta ser escuchados, pero si deseamos gustar a los demás comencemos por escuchar.
Aprender a escuchar a las demás personas hará que nos perciban como persona o entidad
en la que confiar y con la que poder establecer relaciones más emocionales y sinceras.
Los
consumidores y usuarios en las redes sociales, tienen muchas cosas que decir de
las marcas o de los productos que consumen. Unos necesitan de un acercamiento
para conocer sus percepciones, pero otros muchos lo hacen de forma abierta.
Expresan sus problemas, opiniones, experiencias y percepciones generando
información capaz de influir en otros usuarios y consumidores.
Los que saben
escuchar con atención, aprenden de forma indirecta y también aprenden a
conocerse mucho mejor interiormente.
La próxima
vez que te comuniques con alguien, te cuente sus problemas o exprese sus
opiniones sobre algún tema, o sobre ti, tu empresa o marca, no lo ignores, ni
le restes importancia, no apliques la “sordera temporal”, el talento de la
escucha es un intangible valioso para todos y descubriremos las increíbles
riquezas que reporta este acto en nuestras vidas, y seguro que nos
sorprenderemos. ¿Me escuchas?.
Nota: Vaya este post de hoy en homenaje a todas aquellas personas que sufren de alguna alteración auditiva, a todas sus familias y aquellos especialistas que los acompañan porque nos demuestran día a día que "el escuchar" tiene un mayor significado y valor que la unión de las propias palabras y el oído.
Nota: Vaya este post de hoy en homenaje a todas aquellas personas que sufren de alguna alteración auditiva, a todas sus familias y aquellos especialistas que los acompañan porque nos demuestran día a día que "el escuchar" tiene un mayor significado y valor que la unión de las propias palabras y el oído.