En estos últimos años todos hemos aprendido mucho, en
realidad mucho más de lo que nos parece. Solo tenemos que poner el oído en
cualquier reunión interna, donde se plantea cómo comunicar un proyecto de
cualquier área, para darnos cuenta que el lenguaje y el discurso es muy
distinto del que hubiésemos oído hace poco tiempo atrás. Y como en toda fase de
aprendizaje, ha sido (y sigue siendo) dura en cuanto a esfuerzo y dedicación,
con inseguridades e interrogantes pero a la vez con la motivación que genera la
innovación y la satisfacción de conseguir un nuevo objetivo y comprender que es
la llave maestra para nuestros pequeños y grandes éxitos.
Creo que en este proceso también hemos aprendido a
situarnos. Hemos vivido momentos en que nos hemos dejado “impresionar” por
quienes nos parecían mesías que nos iban a solucionar todas nuestras
inseguridades en este aspecto. Ahora sabemos escuchar pero también podemos
diferenciar entre quién simplemente recicla conocimiento o quién genera ideas o
un valor agregado o simplemente habla de experiencias concretas.
Sabemos que la estrategia, la tecnología, el management y
la creatividad van íntimamente unidos, más de lo que creíamos en un principio y
que la implementación de las estrategias es compleja, tanto por condicionantes
internos de nuestros clientes y de la realidades diferentes que encontramos en
nuestras empresas, como por la necesidad de colaborar con diferentes
especialistas dentro de un mismo proyecto. En cualquier caso, nuestro papel
como managers sigue siendo el mismo de siempre: generar espacios, incentivar a
la producción de ideas, ideas creativas al servicio de una estrategia y mucho,
mucho… sentido común.
También detectamos riesgos como la miopía de perder la
visión de conjunto (el 2.0 nos abre muchas oportunidades que tenemos que
aprovechar e integrar pero no lo es todo) o la facilidad con la que se pueden
perder los objetivos de comunicación de nuestros proyectos por estar pensando
demasiado en las herramientas, algo que también hemos mencionado en post
anteriores. Por suerte, nuestro Pepito Grillo, alias sentido común, no nos ha
dejado avanzar si no hemos estado seguros de los objetivos que perseguimos, de
la integración con el resto de acciones, de las implicaciones para la puesta en
marcha y especialmente de contestarnos a la pregunta: ¿Es o no un beneficio
para nuestros clientes? ¿De qué forma nuestros equipos están preparados para
que esta sea el sistema elegido para gestionar su día a día y optimizar su
comunicación?
Porque ahora también sabemos que después de planificar la
estrategia general 2.0 es cuando empieza el trabajo duro. Abrir nuevos canales
es fácil, pero trasladar este nuevo lenguaje a nuestros equipos y clientes y
convencerlos que es el presente y el futuro, nos abrirá nuevas posibilidades a
todos, es el gran desafío. Conseguir coordinar con nuestros clientes y con
nuestros trabajadores una planificación de contenidos que realmente dinamice y
dé sentido a los objetivos pretendidos… eso ya es otra cosa. Requiere
implicación, compromiso y coordinación día a día (o minuto a minuto) entre
todos, un cambio de lenguaje, de mentalidad, un cambio en la forma de gestionar
nuestro día a día, un cambio de hábitos, donde todos los responsables máximos
de la empresa deben estar involucrados y ser los primeros ejemplos del cambio.
Como es inevitable, parte de la reflexión va dirigida a
otro gran caballo de batalla para las empresas: la rentabilidad de los
proyectos online. Evidentemente la cúpula de la empresa tiene que apropiarse
del proyecto y dar tiempo para hacer efectivos estos cambios, incluso en la
primera etapa de test, experimentando, dando pasos hacia adelante y otros hacia
atrás, cada empresa es una familia, y como familia un mundo, por lo tanto es
casi imposible copiar modelos externos, aunque siempre es bueno ver ejemplos
que nos orienten.
Está claro que es un peaje que hay que pagar para
innovar. También de esto todos hemos aprendido y seguiremos aprendiendo, por supuesto aplicando también el sentido
común para mejorar y optimizar todos los nuevos procesos. Aunque es de
reconocer que cuando los hijos de nuestros superiores ya compran on line, se
relacionan on line, juegan, comparten, son los propios gerentes que entienden
que el futuro ya está en casa, y por ende su empresa no puede estar ajena.
No importa pecar de reiterativos: siempre desde el
sentido común, la humildad, la escucha, la formación y el reconocimiento de que
nadie sabe todo y que todos aprendemos cada día en este nuevo idioma, y que habrá seguramente gente en nuestros
equipos que nos sorprenda porque en ellos descubrimos nuevas competencias
ocultas por los perfiles que estábamos hasta ayer demandando.
Surgen y surgirán nuevos puestos, nombres que iremos
integrando y descubriendo: community managers o mejor dicho social media
strategist, online project manager y una serie de partners especialistas y eso
será un gran paso tanto para el nuevo mercado laboral como para encontrarnos
con talentos internos que sumado a la experiencia empresa nos pueden dar muchas
satisfacciones o bien sacarnos el abrigo de la endogamia que muchas veces
usamos, y abrirnos a la nueva sangre, nuevos aires que seguramente nos
oxigenaran nuestros objetivos.
Dentro de no mucho tiempo seguro que volveremos a
reflexionar y posiblemente muchas de las reflexiones de hoy no valdrán o habrán
cambiado, pero estoy casi, casi seguro del todo, que seguiremos aprendiendo y
aplicando el sentido común.
Aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos/as los lectores/as de este Blog de los Viernes, deseandoles un Año 2014 lleno de felicidad.
Aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos/as los lectores/as de este Blog de los Viernes, deseandoles un Año 2014 lleno de felicidad.