"No pretendo saber tu vida minuto a minuto como un famoso, ni entrar en tu intimidad, pero si me gustaría saber: ¿qué piensas de...?, ¿qué haces por...? ¿cómo haces aquello? y ¿cuál ha sido tu experiencia...?, porque tus pasos pueden guiarme a abrir o cerrar pasadas, presentes y futuras puertas. Que tu red nos atrape pero que no nos ate."
Tenemos una oportunidad increíble desde los Recursos Humanos y desde Comunicación para redimensionar el mundo de las relaciones humanas y de la comunicación dentro de las empresas y por ende su repercusión fuera de la misma. Hoy suceden muchísimos cambios y novedades en nuestro entorno más próximo que marcan y marcarán el qué, el cuándo y el cómo hacer en nuestro día a día.
Tenemos una oportunidad increíble desde los Recursos Humanos y desde Comunicación para redimensionar el mundo de las relaciones humanas y de la comunicación dentro de las empresas y por ende su repercusión fuera de la misma. Hoy suceden muchísimos cambios y novedades en nuestro entorno más próximo que marcan y marcarán el qué, el cuándo y el cómo hacer en nuestro día a día.
Una oportunidad que no podemos perder y necesitamos que
todos y cada uno de los que en estos últimos años se abrieron a compartir en cualquiera
de las redes sociales, lo sigan haciendo. Que cada vez más dejemos los escritos
copy-paste de “recetas mágicas”, enumerando la formula de los éxitos, los “tips”
para ser mejor profesional o persona como si se tratase de un manual de
producto, reiterando temáticas con frases de moda (aunque más bien trilladas)
siendo a veces nosotros mismos nuestros propios suicidas. Porque si miramos
sobre nuestras narices veremos seguramente infinidad de historias y realidades
que nos están sucediendo para contar, a nuestra manera, con nuestro lenguaje y
con nuestro sello.
Los medios son simplemente eso: medios…y ellos están allí, nuevos, listos para usar, para experimentar, ávidos para entregarse a nuestra imaginación, a nuestras necesidades, a nuestro día a día, a nuestro ocio, a nuestro trabajo, y somos nosotros los “artistas” que tenemos la gran oportunidad de pintar en el inmenso lienzo de la red y dejar allí nuestra obra que será “eterna” o “efímera” y tocará o no sensibilidades, provocará o no emociones cortas o largas, sugerirá o no ideas, y allí estaremos dando los primeros pasos que dentro de 20 años serán parte de la “historia de los comienzos”.
Los medios son simplemente eso: medios…y ellos están allí, nuevos, listos para usar, para experimentar, ávidos para entregarse a nuestra imaginación, a nuestras necesidades, a nuestro día a día, a nuestro ocio, a nuestro trabajo, y somos nosotros los “artistas” que tenemos la gran oportunidad de pintar en el inmenso lienzo de la red y dejar allí nuestra obra que será “eterna” o “efímera” y tocará o no sensibilidades, provocará o no emociones cortas o largas, sugerirá o no ideas, y allí estaremos dando los primeros pasos que dentro de 20 años serán parte de la “historia de los comienzos”.
Es por ello que no debemos desaprovechar las oportunidades y ante el gran escenario de la participación y de la colaboración, no nos quedemos utilizando el mismo lenguaje que desde siglos utilizamos de la incomunicación, las soledades, el individualismo, etc.
Los comienzos siempre provocan entusiasmo y a la vez
también respeto, y vamos a tientas experimentando, prueba-ensayo-error. Y hoy
estamos en esa etapa, entonces copiamos, enviamos, reenviamos, retwitteamos, comentamos,
etc. Pero no cuentes lo que has visto
sino ¿cómo lo has visto?, ¿qué has sentido tú?, ¿cómo lo harías tú?, ¿por qué
te ha cambiado ese instante?, ¿por qué crees que debemos seguir esos pasos?,
etc.
La sociedad de la “Incomunicación
de las Comunicaciones” hará que si no despertamos a tiempo nos pisen los
elefantes del sin sentido, del más de lo mismo, del aburrimiento, de nuestras
propias cavernas y esta oportunidad que tenemos de “conectarnos” de verdad
muera en el intento.
Las redes y la Comunicación 2.0 pueden ayudarnos a
descubrir un escenario hasta ahora inimaginado de posibilidades para mejorar
nuestra calidad profesional y personal. No llevemos nosotros mismos a que el
remedio sea nuestra enfermedad. Démosle una oportunidad a la verdadera
innovación que llevamos dentro, pero sin copiar ni reenviar, que evidentemente no
está mal pero probemos la innovación de las cosas que nos suceden y
experimentamos nosotros mismos, de aquello que nos cambió un segundo, un día,
un mes, un año, quizás la vida. Compartamos nuestros aciertos y también
nuestros errores. Seguro que del otro lado habrá alguien que te lo sabrá
agradecer más allá de su “me gusta”.
La tecnología parecía fría, pero nos da una cálida
oportunidad para que seamos nosotros los encargados de hacer que se convierta
en un lenguaje de calidad en nuestra relación profesional diaria, en nuestro
oficio, y también en nuestra relación personal y con nuestro círculo más
intimo.